

Discover more from Soy Segundo | Dios Primero
Feliz sábado, deseo que este mensaje te encuentre bien.
Todos hemos experimentado en algún momento la sensación de que Dios tarda en contestarnos.
Quizá hemos orado con fervor, hemos buscado su dirección y su ayuda, y, sin embargo, el tiempo pasa y parece que las respuestas no llegan.
En épocas como esas, es fácil sentirnos desanimados, confundidos y hasta desesperados.
En una importante celebración multitudinaria a la que acudían miles de personas de todas partes del reino de Israel, los medios hermanos de Jesús querían que el Señor se revelara milagrosamente a todos como el hijo de Dios.
Sin embargo, dado que los líderes judíos se habían propuesto asesinar a Jesús, y que aún no era el momento proféticamente designado para su crucifixión; el Señor, negándose a su petición, les da la siguiente respuesta:
“(…) Mi tiempo aún no ha llegado, mas vuestro tiempo siempre está presto.”
Juan 7:6
A veces, como los hermanos de Jesús, nos sentimos impacientes y ansiosos, queremos que las cosas sucedan en nuestro tiempo y de acuerdo a nuestro plan.
Jesús sabía que tenía que esperar por el momento indicado para actuar, aunque sus hermanos quisieran que hiciera algo en ese momento.
Esta misma actitud de Jesús nos enseña que, aunque nuestros tiempos y nuestros deseos puedan ser legítimos, no siempre son los tiempos de Dios.
Eso no significa que Dios se haya olvidado de nosotros, o que no esté escuchando nuestras oraciones.
Simplemente, significa que Él tiene un propósito mayor y más elevado, que va más allá de lo que nosotros podemos entender en ese momento.
Aunque para nosotros el tiempo siempre está presto, para Dios no es así.
Dios tiene propósitos perfectos para nosotros. Para llevarlos a cabo, Él escoge el mejor momento para responder nuestras oraciones, para sanar nuestras heridas, para mostrarnos su voluntad.
Esta mañana, en mis oraciones, le hablaba a Dios de cómo me siento y le pedía una palabra para mí.
Como una amorosa respuesta, la afirmación que Jesús le hace a sus hermanos resuena conmigo en la etapa que atravieso desde hace algunos años en mi vida.
Por más que Dios ha sido fiel y paso a paso siempre contesta mis oraciones en el mejor momento, no se me hace más fácil esperar en Él.
Nuestro tiempo siempre está presto, cualquier momento es bueno, pero no para Dios quien todo lo sabe y todo lo ve.
A menudo, nos sentimos tentados a tomar las cosas en nuestras propias manos y forzar los resultados que deseamos.
Sin embargo, el Señor tiene un momento indicado para todo, que siempre será el mejor.
Dios es digno de nuestra confianza y podemos descansar en Él. Nada escapa de su control, incluso cuando las cosas parecen difíciles o confusas.
Debemos confiar en que su tiempo es el mejor tiempo, y esperar con paciencia y fe.
Entonces, ¿qué podemos hacer mientras esperamos en el tiempo de Dios?
Primero, confiar en su bondad y su fidelidad. Sabemos que Él tiene planes buenos para nosotros, y que su amor nunca nos fallará.
Segundo, podemos orar con perseverancia y fe, sin olvidar que Él nos escucha y responderá en su tiempo perfecto.
Y tercero, podemos descansar en su presencia, sabiendo que Él está con nosotros en cada momento, guiándonos y protegiéndonos.
Que esta semana, podamos recordar las palabras de Jesús y confiar en que Dios está obrando en nuestras vidas, incluso cuando no podemos verlo.
Que podamos descansar en su amor y su fidelidad, sabiendo que sus tiempos son perfectos.
Con amor en Cristo,
Daniel & Jessi ❤️